Crítica de arte__ MODUS VIVENDI. Sophie Calle

Es curioso cómo el trabajo que Sophie Calle ha ido realizando a lo largo de su vida está tan relacionado con su propio nombre: Sofía, sabiduría en griego, como la parte racional y elevada del ser humano, la aspiración de conocimiento y Calle en castellano (a pesar de que ella es francesa) como la parte material, la que relaciona al individuo con la experiencia física. Así veo a Sophie Calle a través de su obra, la persona que duda y se pregunta sobre lo que ocurre ante sus ojos; ansía conocer, llegar a discernir entre la realidad y la ficción, necesita descubrir qué es lo que la mirada llega a ver y cómo nuestro cerebro la interpreta, se pregunta sobre el recuerdo de lo que se observó,…. pero sobre todo necesita saber la opinión de los demás, se baja a pie de calle para construir entre todas las opiniones posibles un relato que le presente la imagen más fidedigna. Siente que a través de los fragmentos puede poner en pie la identidad oculta y dispersa de ella misma.

Dos habitantes de Estambul que veían el mar por primera vez
Esta fotografía nos muestra a una mujer leyendo. Corresponde a una de las 150 mujeres a las que Sophie Calle dio a leer la carta de ruptura que recibió de su amante. A través de las respuestas que cada una de ellas dan a esa misiva, la artista espera construir su autobiografía. Un ejercicio de unión de un yo fragmentado, roto por los sentimientos enfrentados del desamor.

Ante la duda sobre «qué miran los otros cuando me ven mirar» y la necesidad de querer saber, se hizo perseguir por un detective en 1981. Una forma de patentizar las distintas subjetividades, la que se vive y la del que observa. La ambivalencia entre la realidad documental y la creada.

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