Laboratorio__TÓTEM Y AVIÓN EN LLAMAS. Manuel Granados. Espacio Estudio Mínimo

En esta nueva experiencia del Laboratorio se han conectado dos piezas realizadas en un intervalo de tiempo de mas de 28 años. La primera obra, titulada Tótem de 1992, fue construida a partir de materiales de desecho y restos de otras piezas matéricas que realizaba Manuel Granados en sus comienzos, a finales de los 80 y principios de los 90. En Tótem se hallan fijados, entre clavos, látex y pigmentos, todo tipo de elementos y materiales, como piedras, cuerdas y mallas metálicas y una variedad de objetos cotidianos y herramientas de trabajo desde una llave inglesa, una bombilla o un oso de peluche hasta una cucharilla o un cepillo de pelo. La segunda obra que conforma la instalación, es un videoarte realizado a partir de una imágenes apropiadas de internet, donde se observa un avión alcanzado por un misil y la consecuente explosión repetida una y otra vez.

La columna totémica de Granados se erige como un símbolo de lo tangible de la propia vida, ese yo que se maneja entre lo físico y lo consciente, la parte más terrenal que nos conforma además de vincularnos al resto de la sociedad. Tótem se eleva como un pilar de estructura sólida que sustenta la memoria individual o colectiva. Sin embargo, se aleja del Tótem espiritual de la mitología de ciertas culturas en las que este objeto de culto da esencia y une a la comunidad. Tradicionalmente, al tótem se le concede un gran valor protector al considerarse un emblema vivo que contiene el espíritu de los ancestros o incluso deidades. Es por esto que, el tótem debe ser alto, un símbolo de expansión, amplificada con la representación de una figura alada en la parte más alta, unido a virtudes como la fuerza y la nobleza.

Lo que sí tiene en común la pieza de Granados con la tradición totémica es que en ambos casos se pretende contar una historia; en nuestro Tótem se registra la memoria de nuestro entorno de usar y tirar, competitivo, materialista y violento. Una violencia que se manifiesta exacerbada al insertar en el punto más alto de la columna, allí donde se suele esculpir un halcón o un águila como representación del guía que muestra el camino hacia el mundo elevado del espíritu, un machete perpendicular al eje del tótem conformando una suerte de media cruz. De esta manera, no solo la simbología religiosa católica queda truncada por este largo cuchillo amenazante, sino que se dispone como una barrera que impide la posibilidad de alzarse, cortando el camino hacia el cielo o lo espiritual, la unión con Dios o los antepasados muertos.

Esta violencia se amplifica con la proyección de un avión derribado en vuelo; este avión, como artefacto fruto de la tecnología, la ciencia y el diseño, encarna la simbología del conocimiento. Un saber que no solo nos transporta de un territorio a otro, sino que además nos permite volar en un sentido amplio del término, convirtiéndose en la alegoría de la imaginación destruida por la violencia y la competitividad cotidiana en el mundo que consideramos real o físico pero muy presente también en el mundo virtual de las imágenes. Mientras este video es compartido y visualizado en internet miles de veces, como tantos otros, nadie se pregunta si es real o es una película, una creación digitalizada o un videojuego; nos hemos acostumbrado tanto a la violencia que ya no nos causa curiosidad ni asombro.

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