Producción de moda__SIN LOS PIES EN EL SUELO. Manuel Granados. Flesh Magazine

«El payaso no soy yo, sino esta sociedad tan monstruosamente cínica e inconscientemente ingenua que interpreta el papel de seria para disfrazar su locura».
Salvador Dalí

SIN LOS PIES EN EL SUELO. Manuel Granados. FLESH MAGAZINE

El arte, como las fotos de este editorial, no pretende mostrar máscaras excéntricas ni espectáculos gratuitos y mucho menos escándalos vacíos, sino poner en valor cómo la imaginación, entendida como locura en determinados contextos, se va infiltrando en la vida cotidiana en forma de diseño, interiorismo o moda.

Las Vanguardias del primer tercio del siglo XX del mismo modo que el Arte Povera y el Informalismo posteriores a la II Guerra Mundial, han abierto las puertas, en las últimas dos décadas, a un tipo de moda no aspiracional, menos encorsetada en la representación del estatus social y económico para descubrir un diseño donde no se niega la imperfección o el paso del tiempo. Estos movimientos artísticos utilizan por primera vez cualquier tipo de material en sus creaciones (cartones, alambres, plásticos, telas desgastadas, objetos vulgares y cotidianos…), elementos que carecen de la nobleza del bronce, el óleo, el lino o el pan de oro tradicionales, y cuyos tratamientos aportan una gran libertad en los modos de hacer, ampliándose de manera irreversible los lenguajes con roturas, desgarrones, soldaduras vistas, costurones, instalaciones artísticas,… para una expresión necesaria de la extensión de nuestra estética, pensamiento y formas de producción.

En estas fotos se evidencian las influencias del arte de los materiales pobres y el valor de lo imperfecto; los estilismos están creados mezclando marcas y diseñadores con ropa que se ponían nuestros abuelos. Es posible hacer un guiño a la excentricidad de Dalí, abotonar la chaqueta coja, pintar o manchar los tejidos sin que suponga ninguna transgresión. Los diseñadores Llamazares y de Delgado deforman patrones de americanas clásicas añadiendo formas cuadrangulares de Mondrian, se provocan desgarros en jerséis, se da prestigio a la tela de forro como material exterior o se estampa en los tejidos como si se tratara de un lienzo: Todo ello para privilegiar la imaginación como una expresión de libertad que ya es nuestra, pertenece al día a día. Nada de lo que aquí vemos es revolucionario, ya fue imaginado por los artistas del siglo pasado; tan solo nos da la medida de la importancia de abrir las puertas a las propuestas que nos ofrecen los artistas hoy, para no negar el futuro a las próximas generaciones.

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