Dismorfias. Forma y peso es una Instalación de dos proyecciones en tres planos distintos que quiebran la natural percepción de las imágenes; Una fragmentación de la visión como metáfora de distorsión de la realidad.

En uno de los vídeos una joven se muestra al espectador de una manera grotesca y absurda; Se evidencia la triste ironía del que nunca está satisfecho con su cuerpo y llega al extremo del esperpento añadiendo más curvas a su cuerpo. Una segunda proyección es la abstracción de un río al que se le ha teñido de rojo. De esta forma se amplifica el contraste entre la fluidez orgánica sin forma portadora de vida (agua/sangre) y la rigidez artificial de una única belleza forzada y artificial.

Llegar al extremo de la distorsión en la percepción implica caer en un trastorno descrito con el nombre TDC (trastorno dismórfico corporal). Los especialistas hablan de una patología psicológica de la percepción del propio cuerpo, una incapacidad para ver la imagen que devuelve el espejo de manera objetiva.

La asociación conceptual fracturada entre forma/no forma reflexiona sobre la separación en la sociedad actual entre lo que se entiende por belleza, y su papel en la construcción de la identidad, y los valores asociados a la naturaleza a la que parece que los seres humanos ya no pertenecen.