Texto__SIN TIEMPO_Fernando Velázquez

Serie «Gale Paintings»- Pinturas de viento. Giant’s Whispers. 185 x 213 cm

A pesar de utilizar medios clásicos y tradicionales como pinceles, óleos y lienzos, Fernando Velázquez nos muestra una pintura contemporánea al presentar el viaje sin tiempo. Muchas de sus piezas parecen abstracciones de constelaciones mitológicas imaginadas; en otras, siguiendo los títulos, se vislumbran ciertas figuraciones paisajistas (Blue River, Eclipse) o formas orgánicas (Brain) más o menos realistas. Lo que todas tienen en común es la forma no objetiva de ver el mundo, donde la realidad circundante queda desmaterializada en un entramado de espacio atemporal, mas o menos consistente e intenso, que pivota entre lo orgánico e inanimado.

Las formas y colores no parecen surgir de pinceles cargados de pintura sino a partir de fogonazos de luz. Faros que se van moviendo aleatoriamente para ir desvelando paisajes informes y figuraciones sobrenaturales. Estas piezas aparentan estar construidas por chispazos que descubren un entorno primigenio, ese mundo ancestral donde todo coexiste de un modo indiferenciado y potencial. El artista sugiere una coordenadas de espacio-tiempo conscientes donde se confunde el entorno inorgánico con la materia orgánica; aquí el ser, como sustancia material no visible, es organicidad consciente convertida en escenario al mismo tiempo que es maniefestación del ser que habita dicho escenario.

Ya sea a través de los mundos ficticios de la serie «Pinturas de un Mundo Flotante» (Paintings of a Floating World) de blancos algodonosos, transparencias o pinceladas ocres como en las obras mas densas y oscuras de Eclipse o Shadows (Sombras), se nos invita a bucear en el misterio haciendo visible un imposible, las formas de lo que todavía no es, pero se intuye. Esta es una pintura chamánica o mística al servicio de la creación, y para ello es necesario poner en relación lo existente con el vacío, lo que ya es con lo que puede llegar a ser.

¿Cómo plasmar la realidad del vacío? Ni figuras reconocibles, ni abstracciones, el no ser no es una experiencia sensorial. Y sin embargo, la pintura de Velázquez adquiere el compromiso de atrapar ese instante de clarividencia ilógica, convirtiendo al arte en acción del espíritu, en el movimiento que precede a la materia. De tal modo que en la informalidad de su pintura está la propia vida, siempre mutante y en movimiento, interaccionando con el vacío. Un vacío que no debe entenderse como ausencia sino todo lo contrario: este vacío es potencialidad, un lugar donde todas las posibilidades del ser cohabitan. El vacío no pone límites, es la creación misma. Es el estado de libertad.

http://www.fernandovelazquez.co.uk

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