
Cuerpo y peso
Cuerpo y Peso
Granados reflexiona sobre cómo el cuerpo se defiende de su rol social y fisiológico, la lucha sin tregua que el ser humano mantiene con la corporeidad que siempre se rebela y la mayoría de las veces vence; ante el esfuerzo que los individuos han de hacer para mantener el caos a raya, Manuel no emite juicios, al contrario, se muestra compasivo y se solidariza; no hay censura ante los excesos materiales, la sexualidad descontrolada, ni los placeres desproporcionados del cuerpo que tiranizan la mente y el espíritu. El individuo se convierte en el sujeto, tal como denuncia Foucault, atado, sujeto a una falsa subjetividad ya que le viene impuesta por distintas formas de poder que le dictan un comportamiento, le someten a unas leyes y lo aíslan del colectivo, de tal manera que “el sujeto queda sujeto” al otro (que ejerce el control y del cual depende) y a sí mismo (a la identidad obligada). El ansia del individuo por desprenderse del yugo al que se siente sometido le lleva, según Granados, a la fatal autodestrucción como una salida de emergencia.